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Bicicletas fixie: todo lo que querías saber
Si estás pensando en comprar una fixie, estás en el sitio adecuado. Lee este artículo donde te explicamos todos los pros y los contras de estas bicicletas de piñón fijo y entenderás por qué tiene tantos entusiastas y por qué no, también detractores, en cualquier ciudad.
¿De dónde viene la moda de las fixies?
Para entender todo el romanticismo que va asociado a estas bicicletas hemos de hacer un poco de repaso de su historia. El nombre de “fixie” proviene de una de sus principales características: son bicicletas de piñón fijo.
El piñón fijo es el sistema que impulsaba las primeras bicicletas del siglo XIX. En 1873 Harry John Lawson patentó la primera bicicleta impulsada por una cadena que desplazaba la rueda trasera. Si tenemos en cuenta que el piñón libre no apareció hasta el siglo XX, podemos decir que en un principio todas las bicicletas eran fixies.
La moda de estas bicicletas la inician los mensajeros urbanos de la ciudad de San Francisco. Necesitaban una bicicleta ágil, aerodinámica, que permitiera una rápida aceleración y tuviera menos averías. También se buscaba una bici sencilla que no llamara mucho la atención de cara a evitar robos. Las primeras fixies se montaron reciclando piezas de otras bicicletas en desguace. Se eliminaron todos los elementos que complicaban la mecánica y añadían peso extra. El resultado fue una bicicleta en su mínima expresión, sin frenos, cables, platos ni cambios, ligera y rápida que permitía circular entre el tráfico a toda velocidad. Cada bicicleta era distinta y personal, con sus propios rasgos característicos.
La moda de las fixies se fue desplazando a otras ciudades de Estados Unidos, a Europa, a Australia e incluso a Rusia o China, especialmente después de la película Quicksilver, en la que Kevin Bacon interpretaba a un corredor de bolsa que se veía obligado a trabajar de mensajero por las calles de Nueva York ¡con una fixie! A partir de entonces dejaron de ser una herramienta de trabajo para convertirse en una seña de identidad, una filosofía de vida.
¿Qué es una bicicleta fixie y qué ventajas tiene?
La primera gran diferencia entre una fixie y una bici normal es el engranaje. Si has visto una fixie de cerca habrás podido observar que en la rueda trasera hay una pequeña pieza metálica llena de dientes alrededor de la cual está fijada la cadena, sin ningún sistema de rodamientos y bolas que permitan a la rueda girar de forma independiente, como ocurre en las otras bicis.
¿Qué significa esto? Pues que todos los movimientos que hagas con los pedales se transmitirán directamente a la rueda trasera: si pedaleas hacia adelante avanzarás, si lo haces hacia atrás vas a retroceder y si dejas quietos los pedales, frenarás la rueda en seco. Esta característica es lo que las hace tan especiales, ya que controlas con precisión milimétrica todos los movimientos, incluso podrás mantener el equilibrio con la bici detenida.
Las bicicletas fixie nos enamoran por varias razones. Las que más aprecian sus fans son:
- El diseño. Son bicicletas muy estéticas, sencillas y con poco peso real y visual, ya que no tienen cables, ni platos ni piñones.
- El mantenimiento. Como tienen una mecánica tan sencilla, el mantenimiento es bajísimo. Son muy recomendables para climas húmedos ya que las piezas no se desgastan ni se oxidan como las de las otras bicicletas.
- La resistencia y la ligereza: Las fixies son fuertes y robustas, pero a la vez pesan muy poco, lo que se agradece cuando tienes que llevarlas en transporte público.
- El precio: Este tema es controvertido porque puedes encontrar muchas marcas con diseños exclusivos que encarecen el precio. Los expertos aseguran, sin embargo, que una fixie no tendría que ser más cara que una de marchas, precisamente por ser mucho más sencilla.
Desventajas de las fixies sobre las bicis convencionales
Ya que hemos hablado de las ventajas, te vamos a explicar también las desventajas para que puedas valorar todos los pros y los contras de estas bicicletas.
Según los expertos, las bicicletas fixie y las Single Speed (marcha única) son menos versátiles, ya que tienen el problema de que no es posible pedalear de manera efectiva fuera del rango de su único engranaje. Por lo tanto, también será más difícil pedalear en terreno empinado, tendrás que poner más piernas.
Como tienen velocidad única, ves limitada tu velocidad máxima, especialmente en bajadas. Son más lentas que las bicicletas convencionales.
Y para acabar, exigen bastante experiencia antes de circular por calles llenas de tráfico rodado y sortear peatones a menos que lleven frenos en las dos ruedas.
¿Fixies con frenos o sin frenos?
Si le haces esta pregunta a un purista de la fixie te dirá que si lleva frenos ya no es una fixie. Entonces, ¿por qué se ven algunas con freno, al menos el delantero? La explicación es que el Código de Circulación obliga a llevar sistema de frenado en ambas ruedas. Se entiende que con la fixie frenamos con la rueda trasera pero faltaría el delantero, que se incorpora para poder seguir los preceptos del Código.
Las bicicletas que llevan frenos en ambas ruedas no son fixies propiamente dichas. Tienen la misma estética pero son bicicletas de velocidad única (single speed) como pueden ser las BMX o las bicicletas más sencillas para niños. Muchas de ellas ofrecen la opción de pasar del modo single speed al fixie con solo desmontar y girar la rueda.
La importancia de la experiencia
Lo primero que recomiendan los expertos es que antes de meterte en calles llenas de tráfico necesitas acostumbrarte a tu fixie. Estas bicicletas se frenan haciendo contrapeso y derrapando para bloquear la rueda trasera. Como no tienen punto muerto, siempre están en movimiento. En ciudades como Barcelona, con calles de grandes pendientes, la opción de los frenos puede ser una alternativa si no te sientes seguro.
Otra opción que incluyen algunas marcas es el freno contrapedal. Este es un sistema a tener en cuenta, ya que está incorporado en el buje de la rueda trasera, sin cables ni manillas. Se activa al hacer el movimiento contrapedal, funcionando como un freno convencional.
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5 factores a considerar antes de elegir una fixie
Si tu ilusión es poder pedalear por la ciudad con una fixie, vamos a darte unas claves que resumen todo lo que te hemos explicado hasta ahora para ayudarte en la elección.
- Piñón fijo o piñón libre: Las fixies que puedes encontrar en el mercado suelen incorporar los dos piñones. En caso de que no te adaptes al piñón fijo o las condiciones del tráfico sean difíciles solo tienes que desmontar la rueda y girarla. De este modo tendrás una bici con la estética fixie pero te sentirás más seguro hasta que te acostumbres al nuevo modo de conducción
- Los frenos: Ya hemos comentado que una fixie no lleva frenos. Sin embargo, como el código de circulación obliga a llevarlos, se monta el delantero ya que la rueda trasera la puedes frenar dejando de pedalear o reduciendo el ritmo de pedaleo.
- El manillar: Puedes escoger el que más te guste: el de bicicletas contrareloj, el de carretera o uno más parecido a las bicis de montaña. Suelen ser estrechos para permitir el paso entre el tráfico, lo que al principio dificulta un poco la adaptación.
- Las ruedas: Suelen ser altas y con llantas y cámaras de colores, lo que las hace muy atractivas. Son ideales para rodar por asfalto, aunque si encontramos baches transmiten la vibración mucho más que las ruedas convencionales.
- ¿Te la compras por estética o trabajo?: Este es uno de los factores determinantes, ya que como no llevan guardabarros podemos acabar empapados si vamos a trabajar con ella en días de lluvia.
Esperamos haber sido de ayuda si estás valorando comprar una fixie.
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